Tan emocionante fue ver como los jugadores de la selección argentina se derrumbaban tras el último lanzamiento de la tanda de penaltis ante Francia como ver cómo la gente en Argentina está saliendo en masa a la calle a celebrarlo.

“Nosotros nacimos para sufrir. No quedaba otra que terminar y coronarnos de esta manera”, decía una aficionada eufórica en Buenos Aires. Y es que el pueblo argentino está acostumbrado a sufrir y a superar dificultades como nadie. Y no solo en el fútbol. La situación socioeconómica del país no atraviesa el mejor momento de su historia, por eso ver a tanta gente unida celebrando un mismo triunfo demuestra la influencia de este maravilloso deporte en el estado anímico de todo un país.

Las imágenes de drones sobrevolando el Obelisco son ya parte de la historia de los Mundiales y del fútbol.

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Entre todos los nombres que se escuchan en las plazas y calles de Buenos Aires, el de Messi es sin duda el más pronunciado. Y es que si a lo largo de su carrera la eterna comparación con Maradona había generado alguna duda entre la comunidad argentina, este título a provocado que en Argentina haya unanimidad con él. Lo refleja muy bien estas palabras de otro aficionado en las calles de Buenos Aires: “Siempre fue el mejor del mundo. Siempre. Lo demostró siempre. Solo le faltaba esto, y también lo logró.

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La llegada de los jugadores ha sido la culminación de dos días de auténtica locura por las calles de Buenos Aires, con una gran cantidad de lagrimas que por primera vez en mucho tiempo han sido de felicidad.