El 4 de septiembre de 1963, en la cuarta edición de la Copa Libertadores, conocida en ese momento como la Copa de Campeones de América, Boca se convirtió en el primer equipo argentino en llegar a la final de este prestigioso torneo. Su oponente fue el poderoso Santos de Pelé, que había ganado la competencia el año anterior y también se coronó campeón de la Copa Intercontinental contra el Benfica.
En aquellos días, el formato de la Copa era diferente, con ocho equipos divididos en tres grupos. Los líderes de cada grupo avanzaban a las semifinales, donde el equipo brasileño Atlético Mineiro esperaba como campeón defensor. Boca terminó en la cima del Grupo 3, compartiendo con la Universidad de Chile y Olimpia, y luego superó a Peñarol en las semifinales con un marcador global de 3-1 para llegar a la ansiada final.
El primer partido de la final se jugó en el Maracaná, y resultó ser una pesadilla inicial para el equipo dirigido por Aristóbulo Deambrossi. En menos de 30 minutos, Santos ya lideraba 3-0 gracias a los goles de Coutinho y Lima. Sin embargo, Boca luchó contra este poderoso oponente y, gracias a los dos goles de José Sanfilippo, redujo la desventaja a 2-3, manteniendo la serie abierta. A pesar de que el equipo brasileño pudo haber anotado más goles, Boca logró un resultado alentador después de un inicio dominante del equipo local.
Una semana después, en el partido de vuelta en La Bombonera, Boca tomó la delantera con un gol de Sanfilippo. Sin embargo, las estrellas del Santos, Coutinho y Pelé, demostraron su calidad y dieron vuelta la historia con un marcador final de 2-1, asegurando así la Copa Libertadores. Posteriormente, el Santos también se coronó campeón de la Copa Intercontinental, esta vez derrotando al Milan.