Pocos jugadores recordamos que hayan tenido un impacto en un Mundial como tuvo James Rodríguez con Colombia en la Copa del Mundo de 2014. La manera en la que jugó y conectó con su país a través de sus goles y su actitud en el campo será recordada durante muchos años. Sin embargo, su historia hasta llegar a Brasil no la conoce mucha gente.
James Rodríguez siempre ha estado muy unido a su madre. Fue ella quien le regaló su primer balón cuando tenía 4 años. De pequeño su gran ídolo era Zinedine Zidane, y casualidades de la vida, terminaría siendo su entrenador años más tarde en el Real Madrid.
Aunque nació en Cúcuta, al oriente de Colombia, creció en la pequeña ciudad del centro del país Ibagué, de donde él se considera.
Uno de los aspectos menos conocido de su figura es su precoz debut como profesional. Ni más ni menos que con 14 años con el Envigado FC, que por aquel entonces jugaba en la segunda división.
En 2009, James viaja con tan solo 17 años a Argentina para fichar por el Club Atlético Banfield, donde marcó su primer gol a los 20 días de jugar su primer partido. Fue una experiencia que le marcó muchísimo a nivel personal, ya que suponía marcharse por primera vez de casa fuera de Colombia. Con su nuevo equipo alcanzó los éxitos también de forma muy temprana, ya que se proclamaría campeón en su primera temporada.
Solo un año después de su primera experiencia en Argentina, James da un paso más allá para cruzar el charco y fichar por el Oporto, club conocido por ser de dónde salen muchas estrellas del fútbol mundial. En Portugal tuvo la suerte de crear un vínculo muy fuerte con otros futbolistas de la selección colombiana, como Falcao y Fredy Guarín.
De la mano de los tres colombianos, el Porto vivió un momento dorado, consiguiendo entre otros éxitos, ganar la Liga Europa de la UEFA en la temporada 2010–2011. Y todo esto con un James que solo hacía más que crecer, marcando 32 goles en los tres años que estuvo con el equipo portugués.
En mayo de 2013, el Mónaco decidió apostar por él y su fichaje fue un auténtico acierto. Con el Mónaco hizo un gran año justo antes de que en 2014 el Mundial lo situara como uno de los jugadores con un futuro más brillante del Mundo.
En Legends, estamos orgullosos de decir que preservamos la magia de ese Mundial con su camiseta. Muy pronto, expuesta en nuestro edificio en Puerta del Sol.