Como viene siendo tradición, en Legends Experience nos gusta hacer memoria de los momentos más icónicos de la historia del fútbol mundial. Hace 31 sucedió uno de ellos, el milagro más apasionante del fútbol español, así que no podíamos dejar pasar esta oportunidad para repasar la gran Final Olímpica de Barcelona 92. El 8 de agosto de 1992 tenía lugar una final para el recuerdo de todos los españoles y del mundo entero. Aquella noche de verano, la Selección Española ganaba su primer oro olímpico en el Camp Nou de Barcelona ante más de 95.000 espectadores.
Tras completar cinco partidos casi inmaculados y sin encajar goles durante los cinco partidos previos a la final, España se disputó el Oro Olímpico contra Polonia en una noche de infarto. El delantero polaco, Kowalczyk, se encargó de silenciar durante varios minutos el campo. Polonia ganaba 1-0 hasta que, faltando 25 minutos, apareció Abelardo para empatar y, cinco minutos después, Kiko Narváez daba la vuelta al partido con otro tanto. Sin embargo, Polonia se encargó de ponerle drama a la final por el Oro empatando de nuevo, hasta que apareció el héroe de la noche, Kiko, que volvió a encajar un gol en el último minuto para darle la victoria a su país.
Lo de aquella noche fue mágico y, sin duda, marcó un antes y un después en la vida de muchos de sus jugadores. Y es que de aquella final surgieron futbolistas que no sólo marcarían una época por aquel entonces, sino que con el tiempo emprenderían prometedoras carreras como entrenadores. Luis Enrique, ex entrenador del F.C Barcelona, A.S Roma, Celta de Vigo y la Selección Española, fue uno de esos jugadores que seguirían marcando la historia tras su debut profesional como futbolista, convirtiéndose en uno de los entrenadores más reconocidos de la historia. En Legends tenemos el honor de salvaguardar la armadura que Luis Enrique utilizó en el campo de juego durante cuartos de finales ante Italia en aquellos Juegos del 92.